¿Qué es y cuál es la labor de un albacea? Cuando una persona realiza su testamento conoce bien su situación familiar.
Si tenemos en cuenta que los bienes se reparten a partes iguales entre los hijos. Por ejemplo, en tres tercios puede resultar un verdadero problema.
Antes de llegar a que se produzcan conflictos familiares y para tranquilidad de la persona que hace un testamento, esta tiene la opción de designar a una entidad o individuo como albacea testamentario.
Cuando se nombra a un albacea es necesario haber hecho un testamento, en el que se dejará constancia de dicho nombramiento, para que llegue a ser válido.
Al ser una función voluntaria, el albacea debe dejar constancia de la aceptación de su cargo.
Se suele nombrar en casos en los que los bienes a repartir son cuantiosos, cuando ya se conoce que pueden existir conflictos o cuando la persona heredera no tiene facultades para hacerse cargo de la herencia.
¿Qué es y cuál es la labor de un albacea?
El testador puede dejar especificado que se le otorgue una determinada retribución profesional.
Normalmente los albaceas suelen ser abogados o notarios, debido a los conocimientos previos en la materia.
Lo imprescindible es que deben ser personas externas a la familia y al reparto de bienes.
Los requisitos que se deben tener para poder serlo, las responsabilidades que asumirá al aceptar dicho cargo, así como en las ventajas de tener una albacea en el testamento.
El albacea tendrá, cuando llegue el momento, que realizar una serie de funciones que han quedado especificadas en el testamento.
¿Qué es y cuál es la labor de un albacea?
Suele tener que velar por la seguridad de los bienes antes de haber hecho el inventario solemne y procurar que este se lleve a cabo en presencia de los herederos como máximos interesados en el proceso.
Sus funciones específicas están marcadas por lo que el testador así haya ordenado, por lo que el albacea se compromete a aceptarlas tal y como están registradas.
Las funciones más habituales que se delegan a el albacea son, el entierro y funeral, la interpretación del testamento, la administración, tasación y partición de los bienes de la herencia.
Los requisitos para poder ser albacea son muy sencillos, cualquier persona, mayor de edad y con capacidad de obrar, puede acceder al cargo.
Como lo hace de forma voluntaria y debe aceptar, suele ser alguien de mucha confianza para el testador.
Una vez se ha aceptado ser albacea se convierte en una obligación a nivel legal.
Si no ha llegado a aceptar el cargo, tendrá seis días desde que es conocedor de la muerte del testador, sin necesidad de justificar su decisión.
Pero si sí que llegó a aceptarla, el hecho de querer renunciar deberá ser por una causa justificada y hacerlo ante notario.
En este caso las funciones del albacea pasaran a manos de los herederos.
La principal ventaja de nombrar un albacea es que el testador sabe que esta figura velará para que su voluntad se cumpla.
Sabe que se realizará aquello que él ha dispuesto respetando la legalidad en relación con la repartición de sus bienes.
Su intervención le permite vender los bienes para repartir el dinero o hacer lotes para su posterior reparto entre los herederos, sin prejuicio de la legítima.
Puede también pedir en los bancos y compañías de seguros la información relativa a la situación de la persona fallecida, entre otros.
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