Hay cuestiones en las reparaciones de un piso de alquiler que se escapan a la planificación.
¿Quién debe hacerse cargo de las reparaciones de un piso de alquiler?
Aunque en Inmobiliaria Cano “no nos dedicamos al alquiler”, sino que nos centramos únicamente en la compra-venta de inmuebles, sabemos lo importante que es estar informado respecto a las leyes que rigen las relaciones inmobiliarias. Según la Ley de Arrendamientos Urbanos en su artículo 21.4, la responsabilidad va a ser por completo o del propietario de la vivienda o del inquilino de la misma.
El arrendatario está obligado a proveer a sus huéspedes un lugar habitable que cumpla con las normas básicas de salubridad, seguridad y servicios.
En caso de que se necesite reparaciones de un piso de alquiler, en cuanto al tema de tuberías, problemas en el techo, paredes o suelo, corresponde por completo al propietario.
¿Cuál es la responsabilidad del arrendatario en las reparaciones?
Vivir en una casa, por más bien conservada y cuidada que esta esté, inequívocamente va a causar algún deterioro en la propiedad por el constante uso.
Todos desperfectos que sean ocasionados por el uso constante del inmueble y entren dentro de la categoría de «pequeñas reparaciones», serán responsabilidad de los inquilinos el resarcirlos. Por ejemplo, quedará en manos del arrendatario el solucionar casos como el cambio de grifos, persianas, bombillas o cerraduras.
Excepciones
Si bien ya ha quedado estipulado que las reparaciones mayores son responsabilidad del propietario y las reparaciones menores del inquilino, en ocasiones llegan a darse ciertas excepciones.
Si en algún caso, el arrendatario causara algún daño a la propiedad por mal uso de la vivienda o negligencia en el cuidado del patrimonio que se le renta.
Entonces tendría que ser él y no el arrendador el que asumiera la responsabilidad de la reparación que se llevara a cabo.
¿Cuándo puede suceder esto?
Si el inquilino permite que la humedad se propague en la vivienda, sin aviso ni consentimiento del dueño,
Normas generales para una sana convivencia entre propietario y cliente
Es de vital importancia que la renta de cualquier propiedad esté amparada por un contrato conforme a la Ley.
Otro consejo para ambas partes:
Tanto el futuro arrendatario como el arrendador inspeccionen juntos la propiedad para ver en qué estado se encuentra.
Tal diagnóstico del inmueble debe quedar asentado en un documento firmado por las dos partes, junto con testigos que den fe de decir la verdad.
Rentar una propiedad puede ser una experiencia gratificante para ambas partes si tanto el arrendador como el arrendatario logran encontrar un punto de equilibrio y paz.
Un inquilino no puede modificar la propiedad sin consentimiento expreso del dueño.
Por el contrario, si es el arrendador el que quiere llevar a cabo alguna modificación en la vivienda, tiene que avisar con tiempo a su ocupante para que este tome las medidas necesarias para prepararse.
En cualquier caso, ningún tipo de renovación debe afectar el nivel de seguridad o comodidad del inquilino de la propiedad.
Este es un convenio que se encuentra vigilado por la Ley, lo cual permite llegar siempre a un arreglo en caso de discrepancia o con el fin de hallar una solución ante los problemas que se presenten.
Lo más importante es que todas las partes del contrato encuentren un beneficio en la relación y que, además, conozcan qué es su responsabilidad dentro del contrato de vivienda que celebraron.
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